La reina es vital para la
existencia del enjambre, sin ella desaparece. En comparación con las obreras y
los zánganos tiene el abdomen mucho más voluminoso, es más estilizada y suele
ser de color más claro, tiene algo mas cortas las alas en relación al tamaño
total del cuerpo y desarrollados todos los órganos, considerándose un
"insecto perfecto".
Es fecundada por varios zánganos durante el vuelo nupcial.
Un día de cielo claro, sin
viento, con una temperatura ambiente de unos 25 ºC, sobre el mediodía, una
reina virgen, sale de una colmena y se dirige hacia el cielo soltando feromonas de acoplamiento. En los
alrededores todos los zánganos sexualmente
maduros perciben las feromonas de llamada y empieza una carrera
frenética en la que la reina va en cabeza por ser más rápida y ligera que los
zánganos, hasta que uno de ellos se acopla a la reina. El peso de ambos
dificulta el vuelo y van cayendo al suelo, entre tanto se realiza la cópula. La reina hace que se desprenda
el órgano sexual del zángano
manteniéndolo sujeto al oviscapto
de la reina hasta que penetre todo el líquido
seminal en la espermateca.
Esta acción mutila al zángano desmembrándolo y una vez cumplida su misión muere
posándose suavemente en la tierra.
La reina una vez llena la espermateca, vuelve a su colmena de origen como reina fecundada.
La reina una vez llena la espermateca, vuelve a su colmena de origen como reina fecundada.
La reina empieza a poner huevos a
partir de los cuatro días de ser fecundada pero esto puede variar en función de
factores ambientales o de
aceptación de las abejas nodrizas.
Pone huevos todos los días, entre 1.000 y 3.000, dependiendo de su juventud y fecundidad y así el enjambre aumenta
en número y se desarrolla.
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